Aquel 17 de septiembre de 2015 entrábamos entre anhelos de verano nueve balas pérdidas (desconocidas todas ellas para mí) en una pequeña clase en los "calabozos" del Instituto pintor Luis Sáez. Estos ocho individuos y yo formábamos el Bachillerato de Investigación y Excelencia, y ocho de nosotros íbamos a cursar la asignatura de Economía por primera vez en nuestras vidas. Yo había escogido esta asignatura por obligación, ya que era obligatoria en la modalidad de Bachillerato que había elegido, pero era un campo del saber que siempre me había llamado la atención.
Cuando estábamos asimilando todavía el fin del verano , apareció por la puerta un hombre con gafas y pelo largo. Este peculiar hombre se presentó. Su nombre era Jesús Diez y todos desconocíamos que su dinámica didáctica iba a cambiar nuestras vidas.
A todos nos sorprendió la original metodología que Jesús iba a llevar a cabo en el curso para desarrollar los contenidos. ¿Que eran los proyectos? ¿Que eran los mapas mentales? ¿Que eran las famosas TICs? Estás fueron unas de las preguntas que todos los alumnos nos cuestionamos y desconocíamos.
Lejos del papel, boli y pizarra, Jesús nos ha enseñado una ciencia de la sociedad humana desde un punto de vista cercano al mundo actual, una economía crítica y objetiva. La finalidad de esta asignatura no era escupir conocimientos a quemarropa en el folio, sino APRENDER, es decir, habilitar en nuestra mente conocimientos para afrontar los problemas económicos de la sociedad del siglo XXI.
Uno de los principales valores que Jesús nos ha inculcado ha sido la crítica. No hemos aprendido únicamente términos económicos ni fórmulas económicas, sino que hemos aprendido miles de cosas útiles para nuestro futuro, como nuevas formas de trabajo a través de la cooperación y coordinación en grupo, nuevas herramientas en el gran mundo de la informática(TICs)...
La dinámica de cada proyecto era un mundo, ya que cada uno constaba de un producto final diferente. Sin duda, el producto final que más me llamo la atención fue el debate que tuvimos acerca del TTIP, el tratado de la globalización en Occidente entre Europa y EEUU, del cual he elaborado reflexiones en entradas anteriores.En este producto final, la clase se dividió en dos grupos: cuatro alumnos (Víctor Rioja, Luis Albendea, Andrea González y Lucía Corral) defendian la postura positiva del Tratado de libre comercio, y los otros cuatro alumnos restantes ( Silvia Campo, Valeria García, Alicia Cotillas y yo) defendíamos la postura de no intervención en el Tratado. En el debate presentamos alegatos y noticias sobre el tema desde un punto de vista crítico y objetivo. Esta vivencia fue muy gratificante para mí, ya que algo tan simple como un debate o una exposición oral son los pilares de nuestro futuro laboral.
Otro de los productos finales que llevamos a cabo fue la elaboración de un Storify (un "periódico") acerca de la desigualdad de la renta. Este problema económico fue uno de los que más me gustó analizar y exponer. El trabajo llevado a cabo junto con mi compañero Víctor Rioja, obtuvo una gran acogida por parte de los alumnos y el profesor, ya que supieron valorar nuestro exhaustivo trabajo analítico. En general, todos los proyectos me han parecido muy interesantes y dinámicos, y no ha habido ninguno que me haya desilusionado.
En este curso han aparecido tantos conocimientos y tantas emociones (negativas y positivas) nuevas que me parece muy difícil destacar tres aspectos, pero la innovación y la originalidad han ocupado un papel muy importante en esta asignatura. En primer lugar, destacaría la inexistencia de exámenes como comúnmente conocíamos. Los criterios de evaluación que ha seguido Jesús me han parecido muy originales y, desde mi punto de vista, me parecen más efectivos que los empleados tradicionalmente. Otro punto que destacaría es la buenísima comunicación que hemos tenido con Jesús. Contactar a través de las redes, aplicaciones... con el profesor es una actividad que nunca había llevado a cabo y me parece la mejor forma de enseñar. Jesús se ha involucrado en nosotros, por lo que la buena comunicación y las ganas de aprender, han sido el vínculo que de este año haya sido tan bueno académicamente. Por último, destacaría la gran importancia que Jesús ha dado a los e-portfolios, herramienta de trabajo muy útil para nuestro futuro. En estos e-portfolios hemos plasmado de forma crítica todos los contenidos desarrollados en clase. Como he citado anteriormente, las cosas que destacaría de este curso son infinitas.
Personalmente , esta asignatura no ha tenido agujeros y ha sido impecable desde el punto de vista didáctico, por lo que no mencionaría ningún área de mejora.
Sin duda alguna, Jesús ha hecho , de ocho granitos de arena, ocho Annapurnas sin miedo a nada y con dos dedos de frente. Quien diría que, tras 216 días, 1.296 horas, 77.760 minutos y 4.665.600 segundos, aquellas ocho balas perdidas se han convertido en ocho personas objetivas, críticas y responsables. ¡MUCHAS GRACIAS JESÚS!
Para finalizar , me gustaría agradecer este fantástico curso a mis compañeros y amigos de la asignatura de Economía.¡Sois enormes!
Aquí adjunto dos imágenes de nuestra estancia en la Bolsa de Madrid.